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Desarrollada para contribuir al bienestar de la mujer en la menopausia (o en transición a la menopausia), incluye una novedosa combinación de ingredientes que actúan sinérgicamente para reducir la intensidad de los principales síntomas climatéricos como los sofocos, la sudoración nocturna, las alternaciones del estado de ánimo y las dificultades para conciliar y mantener el sueño.
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Desarrollada para contribuir al bienestar de la mujer en la menopausia (o en transición a la menopausia), incluye una novedosa combinación de ingredientes que actúan sinérgicamente para reducir la intensidad de los principales síntomas climatéricos como los sofocos, la sudoración nocturna, las alternaciones del estado de ánimo y las dificultades para conciliar y mantener el sueño.
El extracto estandarizado de polen ha demostrado capacidad para disminuir la intensidad de los síntomas vinculados a la caída hormonal, con tasas de éxito que superan el 60%, en el caso de la sudoración nocturna, y el 55% en lo relativo a los sofocos y a los trastornos del sueño.
Este efecto no estrogénico, se ve reforzado mediante el extracto de Cimicífuga racemosa, que, al igual que el extracto de polen, contribuye a aumentar los niveles de serotonina -disminuidos con la caída de estrógenos- y modula el centro termorregulador del hipotálamo, encargado del control de la temperatura corporal.
El extracto estandarizado de polen utilizado está libre de exina, es decir: se ha eliminado la cubierta del grano responsable de su potencial alergénico.
Además, contiene melatonina y semillas de Griffonia simplicifolia, sustancias que facilitan la conciliación del sueño y ayudan a mantener el descanso, al tiempo que contribuyen a estabilizar el estado anímico y a moderar los cambios súbitos de humor.
Entre los efectos del extracto estandarizado de polen, destaca, también, su capacidad de estimular a medio plazo la libido o deseo sexual, que tiende a decaer a medida que, durante la menopausia y la transición a la menopausia, el organismo femenino ve alterados sus niveles hormonales.
La vitamina D3, a concentraciones superiores a las 600 UI día, y asociada a la vitamina K2 (para su óptima absorción) influye positivamente en el estado de ánimo y, además -junto con una correcta alimentación y ejercicio moderado y adecuado a las condiciones físicas de cada mujer- contribuye al mantenimiento de la salud ósea.
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