El salchichón lleva con nosotros desde tiempos de griegos y romanos. Y posiblemente debido a su largo recorrido histórico, encontramos tantísimas variedades.
Pero, la de Embutidos Ezequiel es, sin duda, la más fiel a nuestra idiosincrasia, a nuestra montaña, a nuestras cumbres. Un sabor recio y con personalidad, que llega ya con los cerdos de la zona de Castilla y León. Tras el despiece artesano de las carnes, una tripa de buey natural albergará el picadillo obtenido.
Una de las claves de este producto es el delicado, pero firme, uso de las especias. En nuestro caso, la herencia también marcará la pauta hacia la singularidad de nuestro producto. Solo resta ahora que el salchichón de Embutidos Ezequiel se asiente, madure y sea ahumado en nuestras bodegas, marco formidable para la obtención de las más particulares notas de aroma, sabor y color.
Ahumado con madera de roble, un producto con toda la tradición y el sabor de nuestros prueblos.
Cuenta con el sello de Tierra de Sabor certificando su origen y calidad.