Etiopía es un país enorme (tan grande como España y Francia juntas), con una alta diversidad geográfica. Presenta grandes contrastes que van desde el lugar más inhóspito de la tierra, la depresión de Danakil, hasta las selvas del Sur Oeste en Yirga Chefe. Pero si hay una característica geográfica que define a Etiopía, es su altura: desde las mesetas del centro del país hasta las montañas del Sur, la altura media sobre el nivel del mar es de 1330 metros.
La zona de Sidamo está situada en el sur de Etiopía, en la frontera con Nenia y Somalía. Sidamo es el nombre de este territorio, más bien montañoso, pero también de la población que lo habita y de su idioma. Aquí el café crece espontáneamente en las laderas de las alturas o es cultivado en coffee gardens (pequeños terrenos en los que cada familia planta también árboles frutales y verdura) o en parcelas más grandes, y es tratado en las estaciones de lavado esparcidas en el territorio. Además de ser un ítem importante de la economía local, es también protagonista de la vida social y cultural del lugar. En Sidamo, una invitación a participar en la ceremonia del café — antiguo ritual cuyos pasos se transmiten de generación en generación— es una señal de amistad y de gran respeto... y la clave de una experiencia inigualable.
Los cafés Sidamo son cafés de las zonas altas del sur del país, en el valle del Rift, con abundancia de precipitaciones y suelos fértiles. Estos cafés deben presentar una taza limpia, con claras notas afrutadas y con una acidez brillante y un dulzor característico.