Sueña conmigo…
…y viajemos por las tierras del Mundo de los Sueños, las que se atrevió a explorar Randolph Carter. Nuestro destino es la ciudad eterna de Celephaïs en el valle de Ooth-Nargai, más allá de las colinas Tanarias. Cruza a mi lado las puertas de bronce. Admira las calles pavimentadas de ónice. No te entretengas en el bullicioso mercado ni admires en demasía el templo turquesa de Nath-Horthath. No vayas hacia el puerto, donde las doradas galeras cruzan el mar Cerenio, hasta el lugar donde el azul del agua se funde con el cielo y las naves empiezan a navegar por el aire, hasta alcanzar la ciudad de Cerenio, la de las torres de mármol rojo que se encuentra flotando entre las nubes. No es ese nuestro destino. Vamos arriba, volando, como es natural hacer en los sueños, hasta el punto más alto de la ciudad. La cúspide de la gran torre donde gusta de sentarse a meditar, en soledad, Kuranes, el dios rey de la ciudad, el inmortal… lo que no es gran cosa teniendo en cuenta que todos los que viven en Celephaïs gozan de la juventud eterna. Kuranes lo aprecia más que sus súbditos, ya que ellos siempre han vivido esta vida, mientras que Kuranes nació mortal. Llegó al mundo del sueño por su propia fuerza de voluntad y en él reside, mientras su triste cuerpo mortal hace tiempo que se cayó y se pudrió en el barro.
Ricard Ibañez ha escrito el primer juego de la nueva línea d100 de HT Publishers en el que se mezclan los mitos de Cthulhu con viajes en el tiempo. Y es que, para los primigenios, el tiempo no es más que una dimensión más por la que pueden moverse como por cualquier otra.