Vino Tinto Carmelo Rodero Crianza
Carmelo Rodero Crianza al mejor precio Este Ribera del Duero es posiblemente uno de los favoritos por muchos enólogos, y es que Carmelo Rodero Crianza es, probablemente, uno de los más valorados por sus excelentes cosechas pero también, por su delicada elaboración.
Partiendo de una vezcla de variedades, con 90 % de uva tinta del país, que normalmente es Tempranillo, y con un 10 % de uva Cabernet Sauvignon, y en cima con sus propios viñedos cuya antigüedad data con más de 15 años, serían los valores fundamentales que caracterizan la elaboración tradicional de un gran vino.
La crianza de este Carmelo Rodero es de 15 meses en barricas de roble francés, pero también americano, para finalmente terminar con un periodo de afinamiento en botella que puede durar unos 12 meses más antes de distribuir y comercializar en el mercado del vino.
Se trata de un vino crianza de color rojo rubí, de capa alta, sorprendente por los brillos rosáceos y los tonos guinda, arropados a su vez por un medio visual sorprendentemente limpio y brillante.
Pero hay que señalar también que sus aromas son todavía más naturales, ya que presentan notas varietales acompañadas con un toque final a regaliz con un final elegante y fino.
Tiene un final complejo y estructurado, con un excelente bouquet donde se aprecian cuando mantenemos la boca llena un excelente retronasal que otorga a este vino de un sabor intenso y perfectamente equilibrado, donde las sensaciones son generosas cuando esperamos un largo tiempo.
Historia de Carmelo Rodero Carmelo Rodero inició su trabajo como vinicultor y el primero de su generación mantuvo su nombre para dejar un negocio familiar que seguramente se situe hoy en la élite más popular de la archiconocida Denominación de Origen Ribera del Duero.
Generación tras generación fueron trabajando el suelo, la viña y la uva en su localidad de Pedrosa del Duero, localizada en Burgos.
Tanto su abuelo como su padre se dedicaban a la viña en su localidad natal, en Pedrosa de Duero (Burgos); y Carmelo, siguiendo la tradición, ya cultivaba la tierra siendo un adolescente.
Una vez finalizó el servicio militar, comenzó la compra y cultivo de sus propios viñedos hasta lograr un valioso patrimonio.
Sus primeros años como viticultor estuvieron ligados a la Cooperativa Vinícola de Pedrosa, de la que sus abuelos fueron socios fundadores.
Después, pasó a vender las uvas a bodegas tan prestigiosas como Vega Sicilia.
El segundo y gran salto estaba por llegar: crear su propia bodega donde modelar las excelentes uvas que cosechaba —sus «perlas negras», como le gusta llamarlas.
Así, hacia 1990 funda, respaldado por su esposa Elena, Bodegas Rodero .
Hoy, las hijas de Carmelo y Elena se han unido al proyecto familiar: Beatriz llevando las riendas enológicas, y María al frente de la parte comercial y marketing .
Esta bodega seguramente sea una de las más destacadas casas de vino más importantes de la Ribera del Duero, por eso, Carmelo Rodero hijo y nieto son y serán dos de los viticultores más interesantes de la escena vinícola.
Desde Mariano Madrueño llevamos admirando su trabajo desde su primera cosecha de 1991, y es que ya son más de 30 años trabajando para obtener varios reconocimientos a su increíble producción.